martes, 9 de noviembre de 2010

Un Viaje Alrededor Del Mundo

Cierto día de visita en su tierra natal, el bueno del profesor Layo Brandon − el pájaro −, educador y hombre de ciencia, encontró un globo cerca de la casa de sus padres en Guaqui, un pueblo boliviano al sudeste del lago más alto del mundo llamado Titicaca, a 80 kilómetros de La Paz, la capital.



Prendida al aeróstato halló una tarjeta que decía que éste había sido lanzado por la clase de ciencias del sexto curso de enseñanza primaria en Chucuito, pueblo peruano al oeste del mismo lago, a 20 kilómetros de Puno. 



El globo de papel se habría desplazado en vuelo una distancia aproximada de 170 kilómetros, empujado por vientos de la Cordillera Occidental. En la nota se pedía a quien lo encontrase que escribiera a los alumnos diciendo dónde había aterrizado.


















El profesor Brandon, que se disponía a salir en un viaje de cuatro meses alrededor del mundo, envió a los niños una carta en la que decía simplemente: «Soy un pájaro. Me llamo Aguja Colipinta». Se autodenomino así con el nombre común de la Limosa Lapponica, en honor a esta especie de ave que hace el vuelo más largo sin paradas que se conozca.


















Durante los cuatro meses siguientes, los niños recibieron por semana cartas que les enviaba el pájaro. Llegaron de lugares como Filadelfia, una ciudad del estado de Pensilvania y gran centro industrial a orillas del Dalaware en los Estados Unidos; de Bergen, con su impresionante comercio de pescado y maderas en Noruega; de Valencia, la tercera más grande ciudad de España, situada frente al Mediterráneo; de Ciudad del Cabo, una de las ciudades más pobladas de Sudáfrica, bella y bañada por las aguas entremezcladas del océano Atlántico e Índico; de Pekín, la capital de China con sus millones de habitantes, dividida en cuatro partes distintas con la ciudad prohibida en su centro; y entre otros también como de Melbourne, anterior capital de Australia y actualmente su puerto más importante.




Los asombrados muchachos seguían los viajes de la Aguja Colipinta en el mapamundi de la clase. En sus cartas, el pájaro describía las costumbres, la alimentación y las características más sobresalientes de cada sitio en los países recorridos.















En cada sobre enviaba también un trozo de la tarjeta que los niños habían unido al globo. Conforme llegaban aquellos, los alumnos iban formando de nuevo la tarjeta. Cuando recibieron la última pieza del rompecabezas desde Guaqui – Lago Titicaca, La paz – Bolivia, los chicos supieron dónde había comenzado y finalizado el viaje del pájaro. Escribieron una carta a las autoridades de ese pueblo boliviano, y descubrieron la identidad de la Aguja Colipinta, la verdadera.
Pero en cualquier caso, los niños pasaron cuatros meses llenos de interés y entusiasmo. Su conocimiento del mundo se amplió y su curiosidad hizo que el proceso de aprender se convirtiera en algo muy divertido.
¿Cómo se le ocurrió la idea al profesor Brandon?

Los vientos del destino llevaron el globo hasta él y, como bueno e inteligente que es, no pudo resistir la tentación de dar a aquellos niños algo más de lo que esperaban. Además, al compartir con los chicos, su viaje adquirió una incomparable belleza y un gran interés.